Sí, has leído bien pero tiene truco. No significa que no me interese hacer fotos, sino no seguiría intentando plasmar en megapixeles lo que quiero transmitir en cada momento. Voy a explicarme y decirte que cada vez me interesa más las personas que hay al otro lado de la lente. Pero voy más allá, cada vez me interesa mucho pero muchísimo más las historias que te hacen pensar, reflexionar y sobretodo que te dejan trabajando el subconsciente. Porque hay historias que puedes oírlas en un momento determinado pero no entenderlas, y después, con el paso del tiempo, quizás horas o incluso días y sin saberlo vuelve a surgir para hacerte llegar definitivamente el mensaje.
Sábado 20 de Septiembre 2014, seguro que a más de alguno que tuvo la suerte de asistir a la boda de David y Sergio, no se le olvida esa fecha. Tardaré en olvidar un día tan especial para mis amigos, y tardaré en olvidar porque entre otras cosas tenemos que hacer más fotos, post boda y más cositas.
Quizás pienso que es una boda especial no porque sean dos personas del mismo sexo, simplemente por ese hecho no lo es, sino más bien porque es una historia de amor que me recordó a la época en la que los caballeros viajaban a caballo largas distancias, supongo aunque también habría doncellas en la aldea de al lado, para ver a escondidas a su amada. Vale, quizás sea que me he tomado dos cafés antes de venir al teclado pero la historia que me contaron David y Sergio fue cuanto menos asombrosa.
Como no hay nada mejor que la primera persona para contar una historia, fui varios días más tarde a casa de David, justo antes de que partieran de crucero. Me invitaron a sentarme mientras me contaban su historia, una historia que quizás a muchos les haya pasado pero que aun así es emotiva.
David y Sergio se conocieron a través de la red, y aunque también es el mejor lugar para ocultar tu verdadera identidad una foto de David junto a un delfín es lo que más llamó la atención de Sergio. Amor a primera vista, toma ya!.
Pasaron tiempo, bueno eso de tiempo... una semana! escribiendo por una red social muy conocida y de ahí pasaron hablar horas y horas por teléfono. Tan solo un mes después Sergio pidió matrimonio a David. Yo no sé vosotros pero eso es un flechazo en toda regla.
Aunque lo mejor estaba por llegar, el momento de encontrarse con la persona que has hablado durante tanto tiempo que parece que lo conoces mejor que su madre. Estación del Norte, en Valencia, un frío que pela y David iba con cuello alto, escondiéndose tras los pilares de hierro en algún rincón mientras pasaban el mismo número de personas que pensamientos por su mente. ¿Será él? ¿Me habrá engañado el corazón? ¿Habrá decidido atravesar cientos de kilómetros para verme?...
Por otra parte, en un vagón de tren con destino Valencia estaba Sergio haciendo las mismas preguntas que el amor de su vida, pero sin saberlo. Cuando se detuvo por completo y bajó las escaleras alzó la vista y ¿que pasó?... Pues lo que tenía que pasar, se miraron, se enamoraron otra vez y corrieron a abrazarse, llevándose alguna que otra maleta y rompiendo la suya propia.
Sergio tuvo que marcharse a Murcia y dos semanas después le pareció que había pasado demasiado tiempo, le pidió casarse con él en la distancia dos veces, una informal y la otra muy romántica pero dejaremos algo de intimidad para los recién casados y eso no lo contaré.
Entonces llegó la boda. llegaron los nervios, llegaron las fotos y llegó el final del post. Cada vez me interesan más historias como éstas.
¿Fotos? Claro estarás esperando ver alguna foto... Pues voy a poner solo unas cuantas por ni los novios han tenido tiempo de verlas, se han ido de crucero nada más y nada menos que 9 días y 500 noches.
Como todo en la vida y ya termino, el vídeo se está haciendo de rogar, bueno el vídeo no!, mi ordenador que ha oído que quiero volver a tener manzanas y tiene celo, me ha hecho huelga.
Espero que os haya gustado Sergio y David y os deseo lo mejor del mundo.
Feliz jueves.
Feliz Vida.
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